Y poco a poco cada persona se va perdiendo. Te limitas a querer, no sabes hacer otra cosa. Te pierdes. Inundas cada poro de tu piel de él. Y te pierdes, te sigues perdiendo. No puedes ver más allá. Pero finalmente has conseguido arrancar su amor de tu piel, te has podido despegar, y has visto una luz que antes era imposible de ver, pues la misma luz era la que te cegaba. Sigues queriéndole pero no tanto como antes, bueno, quizás más, pero no de la misma forma. Quien te quiere te ha hecho ver que nada te aporta, simplemente problemas. Te has perdido a ti misma, no has visto más allá de tus posibilidades. Te pensabas que eras alguien que realmente no eras. ¿Y cómo has conseguido salir de eso? Pues todos lo consiguen, antes o después. Nadie es prisionero de amor. Si uno quiere, puede lograr lo que se propone. Estoy segura. Tú lo has conseguido. Puedes ser un ejemplo a seguir.
Y esto... nunca te lo he dicho.
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