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James, el niño gruesito

Érase una vez, un chico llamado James que estaba encerrado en un cuerpo, del que no podía salir por el más extenso esfuerzo que él realizaba. Era un cuerpo no muy bonito, grueso y a nadie perjudicaba, única y exclusivamente a él y a su imagen.
James odiaba salir de casa, porque se exponía a los diversos insultos que algunos descerebrados con aires de superioridad le dedicaban mientras andaba por la calle, o por el instituto, o cuando se iba de fiesta... Nunca supo entender porqué la gente hacía esas cosas, - ¿porqué a mí? yo no decidí ser así - se decía muchas veces para sí mismo. Lo cierto esque James era un tío pacífico y simpático, no se metía con nadie, y siempre intentaba hacer amigos y conocer gente, pero este deseo se encerraba en su cuerpo, pensando en que todo aquello que hacía estaría relacionado con su cuerpo.
Tenía mucha gente que lo quería, y le decian que ese no era motivo para sentirse de aquella manera. Él, agradecía todos estos consejos, pero seguía pensando igual que antes de tenerlos. Mucha gente la cual no se esperaba, le ayudaba en su lucha...
James poco a poco fue saliendo de su interior, y sacó todas las fuerzas y alegría de dentro.
Nunca más volví a saber nada más de él. Pero sé que esté donde esté será más fuerte que en aquellos tiempos, y que, poco a poco, saldrá adelante con su alegría que le caracterizaba. Y en cuanto a esas personas que le lanzaban insultos sin pensar en como se podría sentir después, pues decir que no hay hueco para ellos en este mundo y que para mí, para James y para muchos otros, estas personas están muertas